
Fructosa: El más peligroso de los azúcares
La fructosa es un monosacárido, un tipo especial de azúcar. La naturaleza nos la presenta en las frutas, en algunos vegetales y en la miel.
Pero también es un componente del azúcar de mesa y por lo tanto de multitud de alimentos procesados a los que les añaden azúcar o derivados del azúcar.
Fíjate que el azúcar de mesa es sacarosa: un disacárido compuesto por 2 monosacáridos a partes iguales: 50% de glucosa + 50% de fructosa.
Cuando comes azúcar, hay que hacer frente:
- A la glucosa por un lado
- Y a la fructosa por otro.
Porque metabólicamente NO se comportan igual.
METABOLISMO DE LA GLUCOSA
Frente a la glucosa, ya sabes que tienes a la insulina y al hígado para gestionarla:
- Una parte se utiliza como energía
- Y la sobrante se transforma en grasa, se almacena.
METABOLISMO DE LA FRUCTOSA
Pero con la fructosa, NO ocurre así.
- No necesita insulina, por lo que NO produce un pico de insulina en sangre.
- Va toda ella directamente al hígado.
- Es el hígado el único lugar donde se encuentran las enzimas necesarias para su metabolismo.
- En el hígado, se convierte en glucosa que:
- O bien se guarda como glucógeno hepático de reserva,
- O, en si este está lleno, se guarda en forma de grasa en el propio hígado.
- Cantidades pequeñas de fructosa se transformarán en glucosa para su posterior utilización.
- Pero si estos depósitos están llenos, rápidamente se transformará en grasa.
- Con el tiempo, el hígado se va llenando de grasa, aumentando su tamaño, dando lugar al Hígado Graso No Alcohólico, que NO viene por comer grasas. Viene por comer azúcar, por el exceso de glucosa y el exceso de fructosa.
- Cuando el hígado se llena de grasa se empieza a desarrollar una resistencia a la insulina primero en el hígado y después a nivel global. Y entonces todos los problemas del síndrome metabólico se acrecentarán.
- Además aumenta los niveles de ácido úrico.
Por eso el azúcar es tan malo, porque si el hígado está ocupado con la glucosa, la fructosa la transforma directamente en grasa.
La combinación de mucha fructosa con presencia de glucosa en la sangre es muy mala. Es lo que hace que de la fructosa uno de los azúcares más generadores de grasa.
La fructosa está presente en el azúcar y en multitud de productos procesados. Y ya estás viendo por qué se convierte en un veneno para ti. No te puedes pasar con la fructosa.
¿Y LA FRUCTOSA DE LAS FRUTAS?
La fruta es agua, fructosa, algo de glucosa y fibra. Y también unas pocas vitaminas y minerales.
- La fructosa de la fruta, tras absorberse en el intestino, también va directamente al hígado, sin necesidad de estimular la insulina. En el hígado, se convierte en glucosa, por lo que estimulará la insulina de forma leve, con retardo y de forma atenuada.
- La suerte que tiene la fruta es que al venir rodeada de fibra, este carbohidrato se absorbe más lentamente, y aunque sube la insulina por la presencia de glucosa, no forma grandes picos de insulina.
- La fibra es el antídoto del veneno. Hace que la fructosa se absorba más despacio.
- Si estás en periodo de querer adelgazar, mucha fruta significa más fructosa y más glucosa y al final, subirá más la insulina.
Sustituye la fruta por verdura.
- La verdura tiene más minerales y vitaminas que la fruta.
- Y la quinta parte de carbohidratos.
Las frutas no pueden estar en el mismo saco que las verduras. Las frutas no son verdura.
Te dejo unos cuantos consejos más:
- Prioriza las frutas bajas en fructosa. Los mejores son los frutos rojos: Arándanos, moras, fresas, frambuesas y cerezas. Tienen muy poco azúcar y de regalo vienen con muchos antioxidantes.
- La fruta hay que comerla entera, mordida. Solo así se conserva lo mejor de la fruta, que es la fibra.
- Nunca tomes la fruta en zumo porque desaparece la fibra y se convierte poco más que agua con azúcar. Un zumo puede contener el azúcar de tres o cuatro piezas de fruta, pero nada de su fibra. Los zumos no son fruta.
- No te atiborres a fruta. No hay que olvidar que la fruta es un carbohidrato. Tómala si te gusta, pero a modo de capricho, de vez en cuando y sabiendo lo que comes.
LIBROS RECOMENDADOS
- «El código de la obesidad», del Dr. Jason Fung.
- “Por qué engordamos”, de Gary Taubes.
- «El milagro mtabólico», del Dr. Carlos Jaramillo.
AQUÍ tienes todos los LIBROS que recomiendo y que te van a ayudar a mejorar tu salud.
CONCLUSIONES
La fructosa está en el azúcar y en los productos procesados.
El hígado sólo está capacitado para metabolizar una pequeña parte de fructosa. Si te pasas se transforma en grasa.
El azúcar, compuesto a partes iguales por glucosa y fructosa, juega un papel doble en la obesidad.
La fruta también contiene fructosa. Prioriza los frutos rojos que tienen poca fructosa. Es mejor sustituirla por verduras.
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