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Potasio: En equilibrio con el Sodio

Para hablar del potasio, tenemos que hablar del sodio. Y para hablar del sodio tenemos que empezar hablando de la sal. Porque todo está muy relacionado.

 

LA SAL ES CLORO + SODIO

Históricamente, siempre se ha utilizado mucha sal y de manera regular. En los siglos pasados, se consumía 10 veces la cantidad de sal que consumimos hoy en día, ya que era esencial para conservar los alimentos. Fue tan valorada que incluso se usó como moneda de cambio para pagar los sueldos y de ahí viene la palabra “salario”.

A principios del siglo XX se recomendó bajar el consumo de sal para la salud del corazón. La OMS recomienda limitar el consumo de sodio a no más de 2 gramos al día, lo que equivale a 5 gramos de sal al día. La explicación que dan es que «la sal retiene más agua en el torrente sanguíneo, lo que hace que el corazón trabaje de más y por tanto aumente la presión arterial». Tiene su lógica, pero ¿es esto cierto?

Hemos ido reduciendo la sal de las comidas y aun así las tasas de hipertensión son cada vez más altas.

¿Qué estamos haciendo con la sal? La sal ha sido menospreciada de la misma manera que la grasa, lo cual no tiene sentido, como vas a ver.

 

RELACIÓN SODIO-POTASIO

La sal es cloruro sódico y proporciona 2 elementos esenciales para vivir: el sodio y el cloro. Tu cuerpo NO puede producir estos elementos por sí mismo, por lo que debes obtenerlos de la alimentación.

El cloro persigue al sodio y nunca se aparta de él. Siempre van juntos. Y lo tomas con la sal.

El potasio está presente sobre todo en las verduras, las hortalizas y las frutas. Y muy especialmente en los aguacates: Un aguacate tiene el doble de potasio que un plátano. También hay potasio en los pescados, carnes y lácteos.

El potasio y el sodio se persiguen el uno al otro, de forma que deben estar en equilibrio.

Normalmente:

  • El potasio se encuentra dentro de la célula.
  • Y el sodio en el exterior.

El cloro, el sodio y el potasio atraen al agua.

El agua que bebes o que tomas con los alimentos viaja desde tu intestino hasta tu sangre antes de que pueda entrar en tus células.

  • La sal que ingieras, cloro + sodio, es arrastrada por el agua y actúa primero hidratando el líquido que haya en el exterior de las células. Y esto incluye la sangre.
  • Después ya puede actuar el potasio usando ese agua para hidratar el interior de tus células.
  • Porque el potasio NO puede hidratar las células por sí solo. Necesita el sodio de la sal.
  • Por eso es mucho más hidratante beber un vaso de agua con una pizca de sal y un poco de zumo de limón, que tiene potasio, que beber un vaso de agua corriente sola. O beber un poco de agua mientras ingieres alimentos frescos que contengan sal y potasio, que beber agua sola con el estómago vacío.

Es decir, el sodio es solo la mitad de la proporción requerida para mantener tu cuerpo saludable.

La segunda mitad de la ecuación es el potasio.

El sodio y el potasio son compañeros y necesitas una proporción adecuada de potasio-sodio en sangre.

Dicho de otra forma, el potasio trabaja junto con el sodio y a la vez compiten, de forma que se regulan al milímetro.

 

LOS RIÑONES SON CLAVE PARA MANTENER EL EQUILIBRIO

Si los riñones detectan exceso tanto de uno como de otro, los eliminan por la orina para mantener el equilibrio.

Los riñones se ocupan de equilibrar los fluidos corporales.

  • En función de la cantidad de sal que ingieras, se retendrá sodio o se eliminará.
  • No te olvides que tienes las glándulas suprarrenales, que si están débiles, perderás más sodio y necesitarás comer más sal para compensarlo.
  • Por lo tanto es clave que ambos minerales esenciales, sodio y potasio, estén en una proporción correcta en tu alimentación.

El cuerpo se esfuerza por mantener un nivel óptimo de sodio:

  • Sin importar la cantidad de sodio (sal) que consumas. 
  • Y controla el nivel de sodio controlando los niveles de potasio.
  • Y también de magnesio y calcio.

 

RELACIÓN SODIO, POTASIO, MAGNESIO Y CALCIO

Todos estos minerales están relacionados. Y junto con las vitaminas y productos químicos que hay en tu cuerpo trabajan de forma conjunta para conseguir un equilibrio. De manera que cada vez que modifica el nivel de uno, impacta los niveles de los demás.

Necesitas sodioEs importante comer sal en una proporción adecuada.

  • Si consumes menos sal, tu cuerpo empieza a extraer el sodio de otros lugares, principalmente del hueso.
  • Y al mismo tiempo extrae magnesio y calcio. Es decir, para conservar el sodio, tu cuerpo liberará magnesio y calcio a través del sudor.
  • A medida que los huesos se despojan de magnesio y calcio aumenta el riesgo de osteoporosis y tu salud ósea se deteriora.
  • Así que consumir poca sal también empeora las deficiencias de magnesio y calcio.

Por lo tanto, el balance de sodio que ingieres con la sal afecta y se ve afectado por el potasio, el magnesio y el calcio, los cuales a su vez tienen un impacto en varios aspectos de tu salud, principalmente:

 

EL POTASIO Y LA HIPERTENSIÓN

Como acabas de ver, el potasio es otro nutriente necesario, un mineral esencial que debes ingerir cada día en tu alimentación.

El potasio se ocupa de evitar la deshidratación celular y mantener el balance de líquidos en tus células. Y esto es crucial para sustentar la vida y para que tu cuerpo funcione de manera correcta.

Tu cuerpo utiliza el potasio como electrolito, es decir, para conducir cargas eléctricas y mantener un equilibrio entre los procesos químicos y eléctricos de tu cuerpo. De esta manera, los impulsos eléctricos que se producen de un nervio a otro para transmitir información no podrían realizarse sin potasio.

Pero el potasio no es el único electrolito. Otros electrolitos son el sodio, el magnesio o el calcio. Y todos están relacionados, como acabas de ver.

La función del potasio, como electrolito, es interaccionar con el sodio, y hace todas estas cosas:

  • Ayudar a relajar las paredes arteriales
  • Evitar que los músculos se acalambren
  • Controlar la contracción de los músculos incluido el músculo cardiaco
  • Y, por lo tanto, disminuir la presión arterial

La hipertensión es uno de los muchos efectos secundarios de tener un desequilibrio entre sodio y potasio.

El consumo adecuado de potasio ayuda a eliminar el exceso de sodio sin el aumento de la presión arterial y sin un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Para mantener estable la presión arterial y evitar la hinchazón, es necesario mantener el equilibrio entre la sal y el potasio.

 

Porque la clave para relajar las paredes arteriales y reducir la presión arterial es que la proporción de sodio-potasio sea correcta. Dicho de otra forma, el desequilibrio en la relación entre sodio y potasio conduce a la hipertensión. Y a otras enfermedades como los cálculos renales o la pérdida ósea.

Cuando los médicos recomiendan bajar la ingesta de sal, automáticamente bajan los niveles de sodio. Y esta falta de sodio hace que también baje de potasio. Y justamente es la falta de potasio la que hace que aumente la presión arterial y el riesgo cardiovascular.

Por el contrario, niveles altos de potasio, y por tanto sodio, te protege de las enfermedades cardiovasculares y te ayuda a regular la tensión.

El potasio puede reducir el riesgo de derrame cerebral. Lo cual tiene sentido, ya que la presión arterial elevada es un factor de riesgo de derrame cerebral. El potasio puede mejorar la función de los vasos sanguíneos en el cerebro mejorando la oxigenación del tejido cerebral y así evitar muertes por falta de oxígeno en el cerebro.

No hay duda de que el potasio es un súper alimento para la salud del corazón, ya que reduce tanto el riesgo de presión arterial alta como el derrame cerebral y de enfermedades cardiacas. Además, una alimentación rica en potasio también mejora tu salud ósea y reduce el riesgo de osteoporosis.

También se ha visto que tener bajos niveles de potasio está relacionado con niveles altos de insulina y glucosa, que a su vez se relacionan con la diabetes tipo 2.

Los síntomas de que te falta potasio pueden ser:

  • Retención de agua
  • Debilidad muscular y espasmos musculares
  • Calambres en las piernas
  • Aumento de la presión arterial e hipertensión
  • Ritmo cardiaco anormal, arritmias
  • Fatiga
  • Mucha sed y posible estreñimiento

En vista de todo esto, a mí la lógica me dice: Para corregir la hipertensión:

¿No sería mejor aumentar los niveles de potasio que bajar la sal?

¿No sería una mejor estrategia centrarse en una alimentación de alta calidad rica en potasio?

 

LA SAL POR SÍ SOLA NO ES EL PROBLEMA DE LA HIPERTENSIÓN

La sal en realidad es una maravillosa fuente nutricional, siempre y cuando en tu alimentación tengas una buena proporción entre el sodio y el potasio.

  • La sal es el componente principal del plasma sanguíneo, del fluido linfático e incluso del líquido amniótico fetal.
  • Tanto el sodio como el cloruro de la sal son necesarios para la activación de las neuronas. Ayuda a tu cerebro a comunicarse con tus músculos a través del intercambio de iones del sodio y el potasio.
  • Mantiene y regula la presión arterial.
  • Refuerza la función de las glándulas suprarrenales, que producen muchas hormonas vitales.

Una proporción equilibrada de potasio y sodio es lo que hace realmente que la presión arterial se regule, y no el nivel de sodio o de potasio por sí solos.

 

Es muy normal tener niveles bajos de potasio por las malas elecciones alimenticias y la comida procesada.

Céntrate en optimizar la proporción sodio-potasio:

  • Elimina todos los alimentos procesados, que contienen mucha sal procesada y muy poco potasio
  • Come alimentos naturales, no procesados, y si puede ser, que sean orgánicos y locales. Así te aseguras mayores cantidades de potasio.
  • Elige sal natural, no sal de mesa procesada.

No todos los tipos de sal son iguales.

 

SUPLEMENTOS

Para mí la solución está clara: Para regular la tensión:

  • Hay que comer sal natural y alimentos altos en potasio.
  • Aunque no es necesario puedes tomar suplementos de potasio:
    • Para corregir el posible desequilibrio con el sodio, puede ser aconsejable tomarlo si crees que no puedes obtener suficiente potasio de tu alimentación.
    • O si eres hipertenso, prueba unos meses para ver que tal te va.
  • Y también magnesio. Los más recomendables son:

AQUÍ tienes todos los SUPLEMENTOS que me parecen buenas opciones.

 

CONCLUSIONES

El sodio y el potasio trabajan juntos y deben estar en equilibrio para evitar enfermedades cardiacas, óseas y renales.

La hipertensión es uno de los muchos efectos secundarios de tener un desequilibrio entre sodio y potasio.

 

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