
Dieta Mediterránea a Examen
No paramos de escuchar que la dieta mediterránea es una de las mejores del mundo, pero ¿En qué se basa? ¿Alguien sabe en qué consiste exactamente? ¿O simplemente se trata de una estrategia comercial?
¿QUÉ ES EN REALIDAD LA DIETA MEDITERRÁNEA?
En 2010, la Unesco declaró la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y se incluyeron todos estos países: España, Grecia, Italia, Marruecos, Chipre, Croacia y Portugal.
Francia, por ejemplo, se quedó fuera, a pesar de tener una buena parte de su costa mediterránea, y curiosamente Portugal dentro, que no tiene ni un solo metro de mar Mediterráneo en su litoral.
Pero vamos a lo importante: ¿Acaso se come igual en todos estos países?
Por poner algún ejemplo, en Marruecos no comen cerdo, y en España nos hartamos de jamón ibérico. En Italia comen mucha pasta y en Grecia casi nada.
Todo empezó en la isla de Creta. Allí es donde se hizo el estudio principal de la Dieta Mediterránea en 1953 y se vio que había menos muertes por enfermedad cardiovascular que en el resto de países mediterráneos.
Pero ¿Qué comían? Consumían muchos más vegetales que cereales y legumbres; y los cereales que consumían, en forma de panes o pastas, eran muy distintos a los altamente refinados que consumimos hoy.
Además se consumían muchas grasas naturales, incluidas las de origen animal. Y de hecho tienen un plato muy típico que es la mantequilla de cabra.
Además, en Creta en ese momento, pertenecían a la Iglesia Ortodoxa, donde era obligatorio realizar periodos de ayuno. No comían 5 veces al día.
Es decir, lo que comían allí y el estilo de vida hace 70 años no se parecía en nada a la pirámide que hoy nos venden, a ninguna de ellas.
LA DIETA MEDITERRÁNEA Y LAS GRASAS
Si por algo nos distinguimos es por el alto consumo de Aceite de Oliva Virgen Extra.
Todos los que vivimos en países del mediterráneo pensamos que lo nuestro es lo mejor. En España pensamos que nuestro aceite de oliva es el mejor del mundo, y lo mismo piensan los italianos o los griegos del suyo. Y seguramente todos tenemos razón. No hay duda que el aceite de oliva virgen extra es una grasa de las buenas.
Precisamente por consumir mucho aceite de oliva ingerimos menos aceites vegetales de semillas para cocinar, por lo que tenemos, a priori, una mejor proporción Omega 3 / Omega 6. Y esto es bueno.
Pero no es la única grasa que consumimos.
Somos países que consumimos mucha grasa animal, tanto procedente de la carne y el pescado como de los lácteos, sobre todo de los quesos. En todos los países de la zona, se consume más pescados, frutos secos, huevos y vegetales que en el resto del mundo. De ahí que digan que la dieta Mediterránea es alta en Omega 3.
Sin embargo, y aquí está el debate, la dieta Mediterránea se ha proclamado como «una dieta cardiosaludable porque es baja en grasas saturadas». Oficialmente en la dieta Mediterránea se pide moderar el consumo de huevos a 2-4 a la semana por el “miedo al colesterol”. Comemos grasas animales, pero ¿huevos no? No se entiende.
Además, en España, cocidos, fabes, potajes, legumbres y platos de cuchara se cocinan tradicionalmente con mucha grasa de origen animal.
¿En qué quedamos? ¿Reducimos las grasas saturadas o comemos platos típicos de la dieta Mediterránea?.
ENTONCES ¿LA DIETA MEDITERRÁNEA ES CARDIOSALUDABLE?
La realidad es que, aunque se siga diciendo que «las grasas saturadas nos producen infartos», en general, tenemos mejor salud cardiovascular cuando se nos compara con otros países desarrollados.
Y esto es porque incluimos más grasas buenas, incluidas las grasas saturadas.
Lo que realmente taponan las arterias son el azúcar y las grasas malas de los productos procesados, y no las grasas saturadas.
¿QUÉ ALIMENTOS COMPONEN LA DIETA MEDITERRÁNEA?
Depende de cada país, ya que cada uno tiene su propia pirámide.
En España tenemos dos. Y no se parecen.
Una es de la Fundación Dieta Mediterránea donde, por ejemplo, la patata está en la cúspide de la pirámide y debe consumirse ocasionalmente.
Otra es la del Instituto Europeo de la Alimentación Mediterránea y en esta la patata está en la base de la pirámide y hay que consumirla varias veces a diario. Tiene una guía con su pirámide descargable.
Y si analizamos las pirámides del resto de países las diferencias son aún mayores.
Por ejemplo, en Italia los dulces están por debajo de la carne roja, o sea, según ellos hay que comer más dulces que carne roja. Y las legumbres las bajan al nivel de las frutas y verduras, para comerlas a diario.
En Grecia, su pirámide es parecida a la italiana, pero sin la pasta.
En Marruecos, el marisco lo ponen al nivel del pescado, por debajo de los lácteos, que para nosotros están por encima.
En la dieta Mediterránea falta mucho consenso, por lo que no hay una única dieta, y además, a pesar de su fama, es muy mejorable.
ESTILO DE VIDA MEDITERRÁNEO, Y NO «DIETA»
Muchas de las bondades de la dieta mediterránea seguramente tienen que ver más por el estilo de vida que de la alimentación en sí.
Porque si algo tenemos en común los que vivimos en países mediterráneos es el sol. Compartimos un buen número de días de sol al año.
Además somos sociables, nos gusta comer juntos, en familia o con amigos. Somos hospitalarios, nos gustan las fiestas y celebraciones. Nos gustar estar en la calle.
Yo lo llamaría estilo de vida mediterráneo, y no dieta.
CONCLUSIONES
Para mí, la dieta Mediterránea no existe en realidad, ya que cada país come lo que quiere.
A pesar de su fama «saludable», es muy mejorable.
En vez de «dieta», se debería llamar Estilo de Vida Mediterráneo, y quizá así encontremos más puntos en común desde el punto de vista de la salud.
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